Haití: la catástrofe, ¿su oportunidad?


Haití, antigua colonia francesa, fue el segundo país americano después de Estados Unidos en declarar su independencia en 1804. A mediados del siglo XVIII Haití, ocupada por Francia, contaba con una población de 300.000 esclavos y apenas 12.000 personas libres, blancos y mulatos principalmente. Fue el primer caso en que los esclavos consiguieron abolir el sistema esclavista de manera autónoma y perdurable siendo el precedente definitivo a partir del cual se terminó con la esclavitud en el mundo.

Sin embargo desde 1804 hasta hoy en que Préval preside el pais desde 2006, han pasado 206 años de catástrofes y dictadores. Además de que su historia está salpicada de la continua intervención de las potencias extranjeras en su gobierno. Esa es su auténtica catástrofe, un país cuya historia se ve salpicada de auténticos sátrapas y donde su pobreza máxima se explica desde la corrupción más absoluta de todas las instancias del gobierno.

1804 Independencia
1915-34 Ocupación de Estados Unidos para proteger sus intereses
1957-86 Dictadura de los Duvalier, Papa y Baby Doc (exiliado en París)
1990 Jean-Bertrand Aristide gana las primeras elecciones libres
1991 Un golpe de Estado militar derroca a Aristide
1994 EE. UU. reinstaura a Aristide en el poder
1996 René Préval es elegido presidente
2001 Reelección de Aristide con el boicot de la oposición
2004 Una revuelta derroca a Aristide. Gobierno de transición. La ONU despliega sus fuerzas
2006 Préval, pro Aristide, es reelegido presidente por cinco años

En el año que ha finalizado hemos contemplado una convergencia de crisis que están convulsionando el mundo: la de los mercados financieros globales y la del cambio climático y que se han revelado como la amenaza a la era de progreso y bienestar en que creíamos estar. Mientras la crisis del cambio climático está haciendo mella lentamente, los efectos de la financiera han sido tan repentinos como graves. Sin embargo para los paises pobres, el cambio climático no es un problema abstracto de futuro, sino una realidad cruda y peligrosa. Se está avecinando una nueva emergencia de hambruna.

Ni de lejos se me ocurriría decir que vivimos en nuestro país una catástrofe mayor que la que ahora viven los Haitianos, como parece que alguna mente «visionaria» piensa y dice públicamente; mucho mas cuando nuestras últimas preocupaciones han sido si hay hielo en determinada carretera o por qué tengo que esperar 3 horas a que pase el quitanieves y pueda irme tranquilamente a mi casa calentito.

"El rescate de Redjeson Hausteen Claude, de dos años, es uno de esos milagros que dejan un sitio para la esperanza entre el caos, el horror y la muerte reinantes en Puerto Príncipe. Un equipo español y otro belga han conseguido sacar de los escombros con vida a este pequeño que sonríe al volver a los brazos de su madre. Foto: AP"

Pero frente a las cifras de muertos, damnificados, intensidades de terremoto, fotos de la ayuda «humanitaria», historias de superación e imágenes impactantes de muertos amontonados, niños deambulando shockeados que vemos con el alma encogida, no dejo de pensar que realmente es la gran oportunidad de Haití. Y las reacciones en ese sentido de Obama, Lula y Sarkozy de organizar una conferencia internacional para planear su reconstruccción es realmente la mejor noticia de esta catástrofe para los haitianos y su gran esperanza.

Porque la mejor noticia para el resto del mundo es la capacidad de solidaridad y movilización que tenemos. La satisfacción de ver como compañeros ante la posibilidad de ir a Haití a ayudar solo han necesitado una hora y media para hacer el petate y salir disparados al punto de encuentro. Ante las voces que se permiten hablar de campañas mediáticas en el envío de ayuda humanitaria, decirles que compartir espacio de trabajo con las personas que en estos momentos están en Haití, agotadas y tratando de hacer todo lo que pueden en las condiciones en que está aquello y es más, felices por ello, es un honor…para todos y todas.

Porque ahora, todos somos haitianos. Y, ¿lo seguiremos siendo?…

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