Nubes de memoria
Hay proyectos, pocos, que son sorprendentes en su concepción, brillantes en su ejecución y cuyo resultado, quizás por lo tontos que parecen, es tremendamente poético. Así me lo pareció cuando oí hablar de las «nubes de la memoria» del artista Eugenio Ampudia.
«Las nubes no son sólo formas. Llevan dentro la mirada del hombre. En su continuo hacerse y deshacerse, mutar y renacer, acarrean sueños, imaginaciones y recuerdos. Alguien, alguna vez y en algún lugar, levantó la vista hacia el cielo de nubes y eligió una donde dejar su visión.
Una nube tiene memoria. Una memoria absoluta, formada por su inagotable capacidad para modelarse con la imaginación de quien la contempla. Una sola nube contiene todas las imágenes.
Las nubes transportan información y la transforman mientras viajan. De aquella nube, que al pasar se llevó la imagen de nuestro pensamiento, queda esta otra que recoge el vuestro.»
La acción «Nubes de Memoria» se ha iniciado en cada uno de siete centros de arte en los que se exhiben las piezas de la exposición “Ars Itineris: el viaje en el arte contemporáneo”. (Museo de Huesca; la Sala del Banco Herrero, en Oviedo; Museu de l’Art de la Pell en la ciudad de Vic; el Museo do Mar, Vigo; la Sala Amós Salvador, en Logroño; el Museo de Navarra, en Pamplona y el Museo Artium de Vitoria). Una acción que recorre el Camino de Santiago en el año compostelano.
El viaje supone movimiento físico, pero también transformación personal, reflejo de una experiencia a veces placentera, pero en otras ocasiones obligada. Sin olvidar que también se puede viajar sin salir de una habitación o que el desplazamiento muchas veces no implica cambio de destino. De todo esto y mucho más trata la exposición Ars Itineris, que el 1 de julio se presentó en el Artium de Vitoria.
En cada edificio de la exposición se ha anclado una nube de PVC, de forma irregular, inflada con helio, de 6 x 2,5 x 2,5m, con cuatro entradas USB, 4 lápices de memoria y unos anclajes.
La nube flota en el aire desde el día de la inauguración y permitirá, mediante un sencillo proceso, que los espectadores introduzcan imágenes y vídeos en los lápices de memoria.
Al día siguiente de la inauguración en Pamplona, la primera nube con sus contenidos ha salido, transportada por varios peregrinos, siguiendo la ruta del Camino de Santiago hasta la siguiente etapa.
En cada una de las etapas, la nube se ancla en un albergue o en un espacio público, y se organiza un pequeño evento que consiste en proyectar sobre ella imágenes de los lápices de memoria, acompañadas por una ambientación sonora compuesta para la ocasión.
El proceso reunirá a lo largo del Camino hasta 7 nubes, cada una procedente de un centro de arte, que se juntarán en la Plaza de la Quintana en Santiago de Compostela 12 días después, el 30 de julio.
El proceso de recopilación de imágenes no se hará solamente en los centros de arte, sino a lo largo de todo el camino.
En Santiago se organizará, el día 30 de julio, un espectáculo audiovisual que proyectará sobre éstas y la plaza todas las imágenes y vídeos recogidos en los lápices de memoria, con ambientación sonora de Juan Manuel Artero.
El Camino hecho arte. Las nubes de memoria, de información que nos envuelven en este mundo globalizado. Pero, ¿quién no ha dejado volar la imaginación mirando las nubes?