Primero los hábiles, después los débiles, por último los fuertes
Los sonidos de sirenas, bocinas, campanas y los gritos de júbilo de los familiares se oyeron en toda Chile, cuando la ahora famosa perforadora T-130 del plan B, bautizada como «la liebre», rompió fondo a 622 metros de profundidad en un túnel subterráneo de la mina San José en Chile, hace tan solo unas horas.
Jeff Heart, estadounidense de 40 años, es un nuevo héroe en Chile, pues estuvo durante 33 días operando la perforadora que hoy finalmente terminó el agujero por el cual serán sacados los 33 mineros atrapados bajo 700 metros de roca. Según informa Reuters los familiares de los mineros -32 chilenos y un boliviano-, se tomaron decenas de fotografías con Heart. Contó que los mineros estaban en el lugar en el momento en que el enorme martillo abrió un boquete en la galería a 622 metros de profundidad porque se podía escuchar el ruido de la máquina en las dos puntas de la línea telefónica que usan para comunicarse con ellos.
El día D o día del rescate no presenta únicamente desafíos técnicos, sino también médicos, psicológicos y sociológicos.
El encamisado
La primera decisión, que marcará el día que se comience con las labores de rescate, será si se procede al encamisado del agujero. Tras la perforación se está procediendo a la retirada de las barras que lo han hecho posible, para después poder meter una cámara que permita evaluar la integridad del agujero. Según esta evaluación se procederá al encamisado que consiste en recubrir el hueco perforado con tubos de acero para hacerlo más seguro.
Si los técnicos de la perforación deciden que no es necesario podía comenzarse con el rescate este mismo domingo. Hay muchas opiniones sobre este encamisado. Algunos hablan de que es necesario para que no haya desprendimiento de rocas durante la subida de los hombres, mientras otros aseguran que como está ya es seguro.
«Siempre que las condiciones de la roca sean las idóneas, se puede hacer un ‘casing’ mixto, en algunas partes sí y en otras no. En los primeros 100 metros creemos que es obligatorio. El entubamiento requiere cuatro días, más los preparativos anteriores y posteriores, lo que nos lleva aproximadamente a ocho días de preparación», concluyó André Sougarret ingeniero responsable de las tareas. Como es de imaginar los familiares se debaten entre solicitar la máxima seguridad frente a los que quieren el rescate con la máxima rapidez.
La jaula «Fénix»
La protagonista del día D, además de los propios mineros, será la jaula «Fénix», una cápsula de cuatro metros de alto, 53 centímetros de ancho y 460 kilos de peso en la que uno a uno subirán cada uno de ellos. Por si hubiera algún problema hay preparadas tres cápsulas para el rescate.
La ‘jaula’, diseñada por la marina chilena, está especialmente preparada para el rescate y cuenta con un sistema de ventilación y de comunicación, además de un sistema especial que permitirá a la persona que suba en ella desprenderse de ésta en caso de que haya una emergencia.
La cápsula cuenta con dos partes: la superior pintada de blanco y la otra de color rojo y azul y que conforma el módulo vital que podría desprenderse de la parte blanca si hubiera algún tipo de problema.
El equipo de rescate
Dieciséis socorristas han sido seleccionados para participar en esta operación de alto riesgo, diez de ellos de la estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco) (ocho de los cuales pertenecen a la división que trabaja en la mina subterránea más grande del mundo), tres brigadistas de la norteña región de Atacama y tres enfermeros submarinistas de la Armada. Todos son especialistas, bomberos y andinistas.
Sin embargo, de estos 16 sólo seis participarán directamente. Cuatro de ellos se quedarán en la superficie y los otros dos serán los que desciendan a las profundidades de la mina. Trabajarán en turnos de 12 horas en un rescate que se espera dure al menos 36 horas.
El momento del ascenso
Una vez se ponga en marcha el rescate, dos personas del equipo de rescate, un médico y un minero especializado (primero bajará el minero), descenderán hasta el refugio, comprobarán el estado de los mineros, observarán las capacidades de cada uno y coordinarán en que orden irán subiendo, según informan los medios de comunicación.
El criterio con el que se decidirá quién sube primero y quién el último dependerá de las condiciones físicas y psíquicas de los trabajadores. En primer lugar, subirán primero los más hábiles, después los débiles y en último lugar los fuertes.
Este criterio se debe a que los hábiles podrán ayudar en las propias tareas de rescate si fuera necesarios, y los fuertes están más capacitados para soportar durante más tiempo la ansiedad del momento.
Primero subirá un minero y una vez que se compruebe que todo ha funcionado correctamente y cómo se encuentra su estado de salud, se verificará el estado de la jaula, se volverá a probar y bajará el socorrista médico, con lo que comenzará la salida de todos ellos uno por uno en ascensos que durarán entorno a una hora.
Ya en la superficie
Para controlar el estado físico, cada uno de los mineros irá monitorizado mediante un aparato de medición corporal que medirá la frecuencia cardiaca, respiratoria, anaeróbica y la postura y temperatura corporal. Además, cuando salgan al exterior, deberán llevar unas lentes negras y grises que les protegerán de los daños oculares que puedan sufrir por la exposición del sol tras tanto tiempo bajo tierra.
Está preparado un hospital de campaña muy cerca del orifico de salida donde recibirán los primeros cuidados como suero o antibióticos en el caso de que fuera necesario. De ahí pasarán a una carpa preparada donde ya se reunirán con sus familiares, momento que no será recogido por los miles de periodistas que se encuentran en mina San José por expresa petición del Gobierno y de los familiares.
Por último un helicóptero trasladará, de seis en seis a todos los mineros al hospital de referencia de la zona, donde se espera permanezcan internados uno o dos días dependiendo de sus condiciones.
Las consecuencias psíquicas que cerca de dos meses enterrados les dejarán deberán ser tratadas durante mucho tiempo. Un rescate que reune todas las claves de un episodio épico. Esperemos que vaya todo bien.